Por Ricardo Bustos
El día jueves 24 de noviembre en La Paz, capital de Bolivia, el gobierno inició un censo de todos los extranjeros que residen en el país PARA QUE LEGALICEN SU SITUACIÓN (¿se entiende?) además el estudio busca tener también un mayor control sobre posibles antecedentes delictivos.
Esta información la proporcionó el propio gobierno plurinacional boliviano a todos los medios de difusión, así que lejos estamos de enojarnos cuando otro Estado soberano, como el nuestro, busca regularizar la situación de todos aquellos ciudadanos que no sean nativos.
Lástima que en Argentina, cuando alguien intenta poner freno al ingreso ilegal de miles de inmigrantes que llegan sin ningún tipo de control aduanero o de Migraciones y permanecen por años indocumentados, trabajando, estudiando sus niños en los Colegios públicos o atendiendo sus problemas de salud en los hospitales sin que nadie pueda identificar su procedencia, antecedentes delictivos o algo mas simple, de que zona de su país provienen como para informar a algún familiar en caso de una emergencia, se lo de xenofobia o racismo.
El diario La Razón de Bolivia, publicaba hace un tiempo una nota en la que el Defensor del Pueblo boliviano, Rolando Villena, advertía que un millón de bolivianos sin documentación legal residen en la República Argentina, y 350.000 bolivianos tienen sus papeles al día. «La mayoría tiene escasa formación profesional por lo que se dedican a tareas con baja remuneración. Un importante número son jóvenes, muchos de origen indígena y, además hemos detectado una ligera mayoría de mujeres en la composición de género».
Con un absoluto desconocimiento sobre el trato que reciben sus «hermanos» en Argentina, el Defensor del pueblo boliviano acusa a los argentinos porque dice que «el millón de bolivianos indocumentados están sometidos a niveles de vulnerabilidad en sus derechos humanos fundamentales (?), asociados principalmente a racismo, discriminación, explotación laboral, explotación sexual, ausencia de protección, vulneración del derecho a la salud y la educación, trata y tráfico y varias formas de violencia.
Falsas sus expresiones señor Defensor. Aquí cualquier ciudadano boliviano, peruano, colombiano, paraguayo o del lugar que haya llegado a la Argentina, tiene mas beneficios que cualquier pobre de los nuestros.
Las villas de emergencia están ocupadas por ciudadanos extranjeros a los que no se les pide absolutamente nada y reciben ayuda de los gobiernos, quienes los asisten diariamente brindando la escolarización y atención médica a todos los niños, no abonan facturas de luz porque están «enganchados» a las redes de electricidad y lo propio ocurre con el agua corriente, viven en los terrenos mas caros del país sin pagar un centavo de impuestos por nada de lo que ocupan, por lo tanto no veo, como ciudadano argentino, que sean personas vulneradas por nosotros y es mas, muchos de los talleres textiles en donde trabajan sus hermanos, están gerenciados por ciudadanos bolivianos, los mismos que traen a su gente engañada para hacerles padecer un infierno a diario, pagándoles dos pesos y viviendo de manera infrahumana.
La gran mayoría de propiedades ocupadas están en manos de extranjeros indocumentados y la justicia no hace absolutamente nada por no estigmatizarlos, perjudicando al legitimo dueño de la propiedad que muchas veces debe pagar los impuestos para que no le lleguen multas por infracción impositiva, mientras que nosotros tenemos que pagar alquileres con precios por las nubes y contratos que dan miedo.
Este mismo señor, ha dicho que la Organización Internacional de Migración (OIM), reportó que en Argentina viven 350.000 bolivianos con su situación migratoria regularizada, constituyendo la segunda población migrante en cantidad después de la paraguaya. Pues bien, si 350.000 pudieron regularizar la situación, ¿por qué el resto no?.
Los que conocemos sabemos que una gran colectividad de ciudadanos bolivianos se dedican a tareas agrícolas y en algunos casos lograron convertirse en proveedores de verdura de las grandes ciudades, siendo además propietarios de muchas verdulerías y gozando del respeto de todos sus vecinos.
Es hora de terminar con la hipocresía y reconocer que a cualquier país de América que se nos ocurra viajar debemos prepararnos para realizar trámites migratorios si es que vamos de paseo y si de lo contrario, se trata de una estadía por trabajo, asesorarnos muy bien para no tener problemas cuando se vence el permiso que esos países otorgan a los extranjeros.
Los únicos «buenudos» con los ciudadanos extranjeros somos los argentinos, los demás…cumplen con la Ley, la misma que a su gente no le aconsejan cumplir cuando salen de sus fronteras.
En lo personal no comparto para nada la opinión de quienes ejercen discriminación, racismo, xenofobia o violencia de todo tipo, solo aspiro a que se haga justicia para unos y otros, como debe ser en un país civilizado.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556